Miranda Martínez Yael
Taller Juan O´Gorman
Arq. Mesoamericana
ANTECEDENTES
Cuando la referida visión
esteticista puede pasar desapercibido “quienes” produjeron tales espacios, la
visión antropológica dominante y aplicada al urbanismo y arquitectura, no
discute el “donde” o “cuando” tienen verificativo los procesos por ellos
analizados.
El Urbanismo Y Arquitectura se
producen, no se “crean”; por tanto contienen procesos de diseño, planeación y
organización social tendientes a su final obtención.
Existen procesos intelectuales
transformación y generación de ideas inscritos en órbitas sociales de mayores
dimensiones, a los que denominaremos “procesos de diseño”. Este proceso esta
limitado por dos extremos: el inicial o de identificación de necesidades y el
terminal o de generación de satisfactores. El proceso de diseño incorpora todas
y cuantas herramientas intelectuales asisten al o los diseñadores; aspectos
perceptivos, conceptuales, materiales, normas, procesos tecnológicos,
experiencias previas, tradición y dinámica cultural, entre otros, que hacen de
un objeto así concebido, un artefacto que cumple una eminente función social y
dirigido a desempeñar una tarea como satisfactor de necesidades que, como el
propio diseñador, tienen tiempo y espacio específicos.
Tres aspectos fundamentales en la
final consecución de un satisfactor; El Usuario o a quien se destina l objeto,
el uso social individual o colectivo y, naturalmente, la tecnología disponible
que incluye materiales y procesos.
CONTSNATES DE DISEÑO
El diseñador ha identificado las
necesidades que resolverá a partir de la aplicación proporcional de los
recursos intelectuales y tecnológicos disponibles.
Una constante de diseño está
referida a la permanencia de la forma como “usualmente” se resuelven los
sistemas primarios de espacios habitables como la infraestructura urbana, la
estabilidad estructural y la geometría de los edificios, éstos subyacen al
objeto y su forma resultante, integrando una parte sustancial del proceso
intelectual que transforma ideas en artefactos de escala colectiva. Una
constante es un recurso intelectual extensivo a la totalidad cultural de un
grupo y, por tanto, una necesaria herramienta tecnológica.
El Urbanismo y Arquitectura del
México Antiguo constituyen un universo finito de hechos materializados
(concretos) y contenidos por la geografía de nuestro territorio, su estudio no
puede desvincularse del conocimiento del contexto y entorno geográfico donde se
produjo.
Las ciudades y los contenidos
arquitectónicos de los grupos humanos asentados en la geografía de nuestro
territorio son resultantes de una estrecha dinámica cultural asociada con las
características concretas del medio: latitud, longitud y consecuentes ciclos
meteorológicos o referentes astronómicos;
la proximidad a recursos materiales necesarios condiciona a la
producción de espacios culturales, entre estos destacan: regiones geológicas,
provincias fisiográficas, zonas sísmicas, áreas ecológicas, la accesibilidad a
recursos hidráulicos. El paisaje arqueológico es una novedosa materia de
investigación donde muchos aspectos constituyen la base fundamental de su
trabajo.
L a Arquitectura Prehispánica
Mesoamericana puede ser abordada desde ópticas más concretas y con otros
paradigmas, por ejemplo: Es el universo de ejemplares urbanos y arquitectónicos
contenidos por un total de 20° de latitud como eje vertical y los límites de
nuestros litorales como eje horizontal, es una cronología de 3572 años que va
de la postrimerías del Horizonte Preclásico Medio y las Ordenanzas de Felipe
III. O bien, si se prefiere una visión más dura: El Urbanismo y la Arquitectura
del México Antiguo tiene cuatro bases concretas de estudio a partir de sus
materiales constitutivos, el de las rocas ígneas, las sedimentarias (silíceas y
carbonatadas) y el adobe (que incluye materiales orgánicos).
Otras constantes se refieren a
procesos de transformación del suelo en el suelo útil, es decir a lo que
genéricamente hemos denominado Infraestructura Urbana y definida como el
conjunto de actividades comunitarias tendientes a la apropiación y disposición
del suelo natural para comunitarios.
La infraestructura urbana incluye
rangos primarios como las elementales modificaciones de la topografía o el
desmonte de un claro en la selva, hasta complicados sistemas de contención,
terraceo, nivelación y canalización de recursos hidráulicos, trazo y
edificación de caminos, plataformas, plazas y todo género de actividades
colectivas dirigidas al sostén físico del asentamiento.
La infraestructura urbana es el
episodio inicial de cualquier asentamiento, en ella tienen verificativo las
primeras experiencias constructivas del grupo y un reconocimiento colectivo de
las características y atributos de los materiales con que, serán resueltos los
sistemas constructivos de su arquitectura doméstica y monumental; a través de
ella, el grupo genera su propia experiencia de interacción con estas
características y sus rangos de aplicación. Permanece a lo largo de la vida
útil del asentamiento y sobrevive más allá
de la última generación de sus habitantes. No solo se cimienta
físicamente al asentamiento, sino que se inaugura la tradición constructora del
grupo.
Cuando un edificio monumental
aparece como extensión, física o visual de su contexto circundante, solamente
podemos inferir la posible existencia de polos intencionales extremos y
vinculados por intermediación de los trabajos de generaciones enteras en la
conversión y transformación del suelo urbano, así la infraestructura actúa como
puente entre dos sucesos distantes considerablemente en el tiempo.
El Urbanismo Y la Arquitectura
del México Antiguo llevan a cabo la identificación entre los constructores con
sus ancestros, así como el escenario de la continuidad generacional y extremo
proximal de una tradición constructora.
La progresiva complejidad social
genera, nuevas formas de gobierno en asociación a otras opciones ideológicas,
tales condiciones exigen, a su vez, nuevas formas de asentamiento que remontan
la sola ocupación del terreno, siendo necesaria la instrumentación de trabajo
colectivo organizado en presencia del resto de la población y en conciencia de
la utilidad pública que semejantemente tarea comunitaria conlleva. La
identificación, selección, extracción, movimiento o acarreo de materiales, su
contención y el emplazamiento en corazas o sistemas de terraceo para la
disposición de superficies útiles, el chapeo, limpieza, desyerbe, trazo y
nivelación de extensiones necesarias para el asentamiento o edificación de
estructuras monumentales, constituye el universo de hechos dimensionados por la
infraestructura urbana.
La permanencia de los sistemas de
infraestructura les posiciona como satisfactores vigentes de largo aliento en
el contexto edificado y condicional lo que habrá de ocurrir con su consecuente
arquitectura pública, monumental y residencial. Los constructores asumen
igualmente las experiencias resultado de estos procesos y establecen
físicamente las formas urbanas y arquitectónicas donde la vigencia se
transforma en idoneidad, hasta convertirse en norma asequible para futuras
circunstancias similares.
El urbanismo se erigen así, como
intermediarios entre el hombre social y el medio ambiente. <El espacio
urbano existe en virtud de la relación permanente entre el entorno y el grupo,
la ciudad es el espacio donde tienen verificativo las interacciones
significativas y cotidianas del grupo en su condición de colectivo sincrónico
identificado con sus ancestros.
La constante CCC: El urbanismo y
arquitectura llevan a cabo así, la tarea de intermediación sincronía entre el
contexto (continente) y el colectivo social (contenido); su presencia satisface
una necesidad social concreta (cometido).
El concepto de orientación es una
de las constantes que aparecen tempranamente en el contexto de los primeros
sitios arqueológicos de nuestro país, los ejes Norte y su correspondiente
extensión al Sur, conforman una componente altamente desarrollada por las
capitales atribuidas a los olmecas arqueológicos de la región del Golfo de
México.
Los campos visuales del
observador se sintetizan en líneas que, para efectos del diseño y planificación
de objetos de escala colectiva, les denominamos axialidad o sistemas de ejes y
conforman una constante sustancial en los procesos comunitarios de edificación.
Valor objetivo. El valor objetivo
de los satisfactores de escala colectiva se fundamenta en la inversión de
trabajo que, generacionalmente acumulado e identificado, aborda los terrenos
patrimoniales. El urbanismo y arquitectura del México Antiguo materializan el
esfuerzo colectivo
Necesario para su producción,
generando discursos legibles e inteligibles que estimulan los vínculos de
apropiación, ahorro social, y vigencia u obsolescencia de su cometido social;
su permanencia en el contexto de producción original ratifica su condición de
satisfactor de escala comunitaria y dimensión diacrónica.
La valoración colectiva de los
objetos de utilidad pública estaría dado en función directa al mayor número de
usuarios que beneficia o a la calidad de la mano de obra invertida para su
final obtención; generando así la constante de identificación social en el uso
del espacio.
Una secuencia estratificada del
espacio físico diferencia al espacio natural de aquel resultado de procesos
sociales. Siete categorías: el espacio exterior natural, carente de actividad
alguna de transformación; el espacio exterior abierto, asociado a los procesos
sociales que le transforman con propósitos productivos o de extracción sin
alteración sustancial de sus condiciones originales; el espacio exterior
delimitado, superficies de basamentos o plataformas y plazas públicas
perimetralmente contenidas por volúmenes arquitectónicos o de infraestructura;
el espacio interior transicional, referido a aquellos espacios arquitectónicos
cubiertos que intermedian entre el exterior delimitado e interior abierto y
cuya función puede estar dirigida a labores de relación entre individuos o
colectivos de bajo número; el espacio interior abierto participativo, pórticos
y áreas cubiertas vestibulares que concentran circulaciones y las dirigen a
otras categorías funcionales del espacio interior o exterior; el espacio
interior abierto delimitado, recámaras, patios interiores o impluvios,
destinados a usos sociales de núcleos básicos o de relación de parentesco; el
espacio interior cerrado, aquel cubierto y delimitado, destinado a funciones de
habitación suntuaria y de relación interpersonal o íntimas.
Delimitación perimetral del
espacio público y accesos laterales o “acodados” cuya función está dirigida a
la contención de grandes contingentes de personas; los edificios no sólo
capturan al espacio sino que lo que hacen también con todas y cuantas personas
puedan acceder a éste.
Relación proporcional del volumen
y el espacio “plaza-pirámide” establece los niveles de relación entre los
elementos arquitectónicos delimitantes del espacio delimitado, lo limitan en
sus visuales al exterior y ocupan el escenario como fondo envolvente de sucesos
o acontecimientos sociales significativos.
El espacio capturado por los
conjuntos arquitectónicos es proporcional a los volúmenes que le delimitan,
generando con ello las necesarias condiciones isópticas e isoacústicas que
garanticen una plena relación transaccional entre usuarios activos y pasivos.
La Frontalidad de la Arquitectura
Monumental, reconocer el papel de la arquitectura monumental en el ámbito
urbano del México Antiguo e igualmente la necesaria consideración de un diseño
inducido a la captura de la atención de quienes puedan integrar los colectivos
sociales contenidos por los espacios públicos. Los componentes arquitectónicos
de uno o varios edificios, en conjunto, actúan a favor de este cometido. Las
escalinatas, como uno de los indicadores de frontalidad y simetría en los
edificios, articulan las visuales que coinciden con sus sistemas axiales o de
ejes de composición.
Contraste de lo cuantitativo y
cualitativo, la mayor o menor inversión de trabajo especializado en las tareas
de producción de espacios públicos o habitables; identificados por las
características tanto de materiales como de sistemas constructivos contenidos físicamente
por la infraestructura o arquitectura, así como por la posición física que
ocupan los objetos arquitectónicos en el contexto del espacio urbano.
El estado de avance tecnológico o
de dominio de las técnicas constructivas, el conocimiento de los materiales de
edificación y la organización social de los constructores, así como los niveles
energéticos de inversión del trabajo comunitario, forman parte de las materias
propias de una constante de contrastación.
Principio de confiabilidad u
omisión de casualidades, es la directa relación de un objeto arquitectónico,
sus materiales y procedimientos constructivos con una tarea o función social
determinada; lo es también la inducción directa que, del cometido, hace un
objeto arquitectónico en el contexto de un conjunto de mayores dimensiones o en
el espacio urbano. Un objeto o satisfactor de escala colectiva existe en el
espacio urbano debido a que cumple sincrónicamente con un propósito
determinado.
El Caracol, también conocido como Observatorio
El Castillo de Chichén Itzá
Mural de L. Covarrubias y maqueta representando a Tenochtitlan (México)
Palacio de Palenque, Cultura Maya (Chiapas, México)
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