
La cerámica Inca fue una cerámica producida a grandes rasgos, en masa. Se encontraron por los antropólogos moldes utilizados por los incas para la producción estandarizada de su cerámica. La dedicación del estado a la alfarería se puede entender tanto en la producción de vasijas para uso imperial como en la confección distribución de cerámica de estilo imperial. Es importante reconocer que no se puede demostrar una relación directa entre la confección estatal y el uso estatal de la cerámica. Hay que destacar el hecho de que no todas las vasijas producidas por los alfareros que trabajaban para el estado fueron usadas exclusivamente en contextos estatales. A su vez, la gente que formaba parte del personal de un gran número de instalaciones inca utilizaba vasijas de estilos no incas. Estuvo muy caracterizado por el color marrón y el espía. Los diseños geométricos en este tipo de cerámica eran muy variados, algunos fueron los círculos, los rombos y los triángulos. Fue caracterizada por la diferencia de rasgos con respecto a la cerámica producida en la parte centro andina. También estuvo caracterizada por el uso de los colores amarillo, negro, anaranjado y blanco, además de que en su acabado tiene un fino pulido. Gracias al auge de esta alfarería alcanzada por los incas, muchos pueblos adoptaron su forma de fabricación de cerámica. Es tal el caso, que en muchas localidades se producían fusiones con la cerámica inca, uno de estos casos adopto el nombre de Chimu-Inca. Este tipo de cerámica aparece en grandes variedades, estas se pueden extender desde una cerámica fina hasta una cerámica sin decoración, algunos ejemplos de las mismas pueden ser las ollas con asas laterales, platos con asas y los tostadores con boca lateral. Formas mas comunes de la Ceramica Inca Las formas mas comunes de estas cerámicas son el aribalo y el Quero. El aribalo, cuyo nombre se debe a su estrecho parecido con las vasijas griegas de nombre aryballus, resulta ser la cerámica mas típica del imperio Inca. Tiene forma de cono y posee un cuello largo, era utilizado por los incas para servir la chicha en sus fiestas. Los queros eran cerámicas decoradas con figuras tridimensionales, muchas de estas cerámicas estuvieron adornadas con animales como los gatos, el jaguar, entre otros. Los queros fueron utilizados y fabricados en la ciudad de Cuzco. Existen varias técnicas para la realización de la cerámica inca. En época muy posterior, la cerámica Chancay, en la costa norte-central se distingue por una pasta burda, donde se puede visualizar la utilización de dos colores únicamente, esto produce que el producto haya una gran elegancia y sobre todo sobriedad.
La cerámica producida por los incas, se desarrolló en torno a dos piezas principales: el aríbalo y el plato de asa. La cerámica inca significaba mucho para este pueblo ya que los elementos formaban parte de numerosos rituales y costrumbres tribales.
El Aríbalo. Consistía en un cántaro grande destinado a trasladar líquidos o a contener el licor fermentado de maíz.
El aríbalo era voluminoso, su base cónica, su cuello largo y boca abocinada. A los lados de su abultado cuerpo tenía dos asas o agarraderas junto a la boca, un par de anillitos para pasar cintas de colores; y en la base del cuello, una protuberancia o botón de barro cocido que representaba una cabeza de animal, sirviendo para anudar la cuerda que rodeaba el cántaro y lo aseguraba a las espaldas de su portador. El tamaño del aríbalo oscila entre la miniatura y el cántaro de proporciones majestuosas de hasta metro y medio de altura. Los colores empleados en su ornamentación son rojo, naranja, amarillo, blanco y frecuentemente el negro, lográndose con ellos dibujos severos por lo oscuro y geométricos. Los motivos solían ser rombos, cuadrados, rectángulos, triángulos, círculos y cruces. Todos estos motivos pudieran ser pequeños y finos, contrastando tremendamente con el cuerpo voluminoso del cántaro. Hubo aríbalos tan grandes que no se podían cargar, por lo que se aprovechaba entonces su base cónica hundida y aseguraba en el suelo, para hacerlos girar pesadamente sin que por ello se derramase el contenido.

Platos de Asa. Son platos cuyas asas prolongadas ofrecen en primera vista la impresión de ser sartenes de barro cocido. El extremo opuesto al asa-mango sobresalen dos dientes destinados a soportar el peso de la pieza mientras la sostenían sobre el fuego. Se supone que se emplearon para calentar la comida e ingerirla. Como en el caso de los aríbalos, los tonos son oscuros y los dibujos tratan de guardar un sentido de equilibrio y simetría.
Los motivos animales pueden ser aves o peces, siempre colocados en sentido opuesto al avanzar de las manillas del reloj. Cuando las aves avanzan en plano horizontal también lo hacen de derecha a izquierda, ocurriendo lo mismo con los peces en el caso que simulan revuelo o confusión, sumándose a esta regla los frutos del ají que siempre apuntarán hacia la izquierda.

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